Si no conoce este templo de la gastronomía española, no sabe lo que se está perdiendo.

Situado en el corazón de Madrid, muy cera de la Plaza Mayor, el Mercado de San Miguel es una atracción turística ineludible para quien visita la capital española. Si piensa que este espacio no es más que una trampa para turistas, desengáñese. No solo le sorprenderá la oferta gastronómica, sino también la historia de este icono de la capital española.

En otros tiempos, el espacio que ahora ocupa este mercado albergó una iglesia, de la cual heredó el nombre. La iglesia de San Miguel de los Octoes fue destruida por un incendio en 1790 y, a pesar de su posterior recuperación, el frágil estado en el que quedó después del incendio obligó a demolerla en 1809. A partir de entonces, el espacio se convirtió en una plaza pública que enseguida dio lugar a un mercado improvisado con cajas y casetas, lo cual más adelante causó problemas de salubridad. Al final, la solución pasaría por la construcción del edificio, inaugurado en 1916, que acogería el Mercado de San Miguel.

Tras estar a punto de ser demolido ocho décadas después de su construcción, el mercado se sometió a una profunda revitalización, llevada a cabo a lo largo de varios años por un grupo de inversores privados que trajo a la ciudad, en 2009, una propuesta gourmet con la nueva vida del Mercado de San Miguel, que conquistó tanto a madrileños como a viajantes. No obstante, conserva la misma estructura trabajada en hierro que se inauguró a principios del siglo XX, la cual acoge los colores y sabores de este mercado, que hace las delicias de los miles de turistas que lo visitan cada año.

Prepárese para un auténtico viaje por la gastronomía española. Aquí, encontrará de todo: desde jamones y quesos gourmet hasta frutas y verduras frescas. El Mercado de San Miguel tiene productos de todas las partes del Estado y, frente a lo que se pueda pensar, a precios asequibles. Explore los distintos puestos que ofrecen platos típicos de toda España y, aunque no le dé tiempo a hacer una ruta por todas las regiones, no deje de probar los pimientos de Padrón gallegos, los pintxos del País Vasco, el tradicional jamón serrano o la sidra asturiana.

A diferencia de lo que ocurre en otros mercados de Madrid, la gente no va a San Miguel a comprar y abastecer la despensa, aunque también lo pueda hacer. En la mayor parte de los casos, el Mercado de San Miguel es, tanto para madrileños como para viajantes, un punto de encuentro para celebrar, comer, charlar y estar con amigos o familiares. Así, esta catedral de la buena comida permite reunir a personas de todo el mundo para disfrutar de la cocina española en un ambiente único en el que reinan las tapas y el vino, y donde se mezclan alegremente españoles y turistas.

¿Qué? ¿Ya se le hizo la boca agua? Descubra este y otros tesoros de la ciudad de Madrid en una ruta privada y guiada. Consulte aquí las rutas por la capital española. Verá cómo, en poco tiempo, se sentirá como un verdadero madrileño.