Tascas de Lisboa: De las Costillas del Zé dos Cornos al Naco do Gordo
lisbon tavern

En una época que surgen las llamadas tascas modernas y los restaurantes alternativos, todavía hay quien prefiera un lugar más tradicional, con un ambiente familiar y una cocina típicamente casera.

Toalla de papel, vino de la casa, pinchos caseros y menús escritos a mano. Son estas las características que marcan una típica tasca lisboeta.

Casi todas funcionan como restaurantes, con servicio de almuerzo y cena, presentando un menú lleno de los habituales platos del día y comidas en la barra.

Hicimos una selección de tascas que aguantaran los cambios y mantienen su esencia. Para quien busca buena comida a precios accesibles, son, sin duda, una buena opción:

Este restaurante de familia está decorado con mesas grandes, bancos de madera, un mostrador de pinchos, una pizarra con el menú y unos cuernos de buey en la pared, que aluden a su nombre.

Situase en la Mouraria y tiene una amplia oferta de carnes, siendo las costillas la principal especialidad. Pero también sirve platos de pescado, acompañado con el tradicional arroz de judías. En épocas especiales, hay lamprea y arroz de “cabidela” (arroz con sangre de pollo).

 

Sopas caseras, bistec, costillas, merluza, dorada, croquetas, “iscas” (trocitos de carne o pescado) y pasteles de bacalao. Son algunas de las iguarias que podrá probar en esta tasca situada en el Chiado.

Le aconsejamos a hacer una reserva debido a la popularidad del espacio, que es muy pequeño. Los precios rondan los 10€ por persona.

 

Por el nombre ya consigue adivinar donde es este restaurante decorado con 11 fotografías del ex jugador y ex seleccionador Paulo Bento.

Aquí hay pica-pau, caracoles, mollejas estofadas y chorizo frito. Para cenar, las especialidades son arroz de mollejas con gambas, jurel frito con açorda, calamares grillados, cocido a la portuguesa y bistec.

 

Situase en Pedrouços y sirve nacos de carne hace más de 35 años. Quien ya ha visitado la Tasca do Gordo garantiza que nunca comió naco tan bueno como este.

La “dobrada” con judías blancas, así como las brochetas, son otras especialidades de este restaurante, que dispone de una amplia zona de terraza.

 

Conocida como una de las tascas más emblemáticas de la Mouraria, es una óptima elección para quien quiere pagar poco y tener una comida agradable. Aproveche, pues este espacio cierra para las cenas.

La costilla con arroz de judías, la picanha, los calamares, el arroz de pato a la antigua, los bifes al ajo y el bacalao asado hacen las delicias de quien visita este establecimiento.

 

El espacio es pequeño pero no le faltan razones de encanto: azulejos con historia, dibujos con más de 10 años y un armario donde está guardada la biblioteca de referencias al establecimiento.

La hospitalidad del dueño es una de las particularidades de este restaurante que sirve bacalao con garbanzo, o “à lagareiro”, cocido a la portuguesa, cabrito y conejo.

Además de los plato referidos, aproveche para picar caracoles, “dobrada”, bacalao “à minhota” y pasteles de bacalao con arroz de judías.

 

Siga nuestras sugerencias y arriésguese a conocer el mejor de la gastronomía portuguesa. Es “para chuparse los dedos”.